Cuerpo feroz, me dijo
almas olvidadas y sin regar,
almas acechadas por el tiempo amargo,
almas sin misterio ni final.
Barco hundido, me dijo,
pero yo no lo entendí.
Cómo iba a entender yo, que aquello que se me oculta
sí que existe,
que aquella luz errante brilla de verdad.
Cómo iba a entenderlo, si el tiempo de nado ya pasó,
si el humo es lo único que llega y queda.
Fuego helado, me advirtió,
sangre que corre sin venas,
música que suena y no se escucha,
palabras con significado pero sin cadenas.
Eso será todo, lo único, me dijo
Pero cómo iba a entenderlo yo, que jamás había
vivido nada,
cómo iba a entenderlo, si no conocía ninguna verdad,
si lo único que había amado era un trozo de metal,
si lo único que me dijeron fue que después de la
víspera llega el día.
Cómo podría entenderlo, me pregunté,
pues no lo sabía, pero sí que quería.
Ladrón de piedras y enemigo de los hombres,
me contó que un día fue,
No sin saber que todo lo que llega vuela,
que todo lo que vuela cae,
que todo lo que cae muere,
y que todo lo que muere, muere.
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