Imagina

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miércoles, 8 de junio de 2016

28/05/2016

Así somos todos, fugaces como una hoja que es arrastrada por el viento,
porque, a pesar de todas las cosas,
existe un único destino,
un único puente de piedra,
aquel por el que todos cruzaremos.

Ella, en realidad, sólo quería dejar de sufrir,
que dejaran de alargarle la vida, 
que ella ya no la necesitaba,
que se le había agotado el tiempo,
que se había vaciado la arena, 
clamaba tranquilidad. 

Fuera la lucha interna, 
fuera el dolor y la ansiedad de no poder respirar,
fuera los cuidados paliativos,
fuera el hambre, 
fuera el desconsuelo, la tristeza desesperada...
Y dentro el paraíso vestido de negro,
dentro esa otra parte de la realidad,
que ya es suficiente con lo vivido,
se han ya cumplido mis metas,
han ya sanado mis errores,
han ya florecido mis plantas, o quizá no. 
Pero ya no importa.

Ya no importan las lágrimas amargas, querida,
ya no importan esas horas perdidas,
porque ya no quedan noches para sufrir,
porque ya no quedan almas que conocer,
porque ya no queda mundo por explorar,
porque ya no quedan besos que dar,
mas sí que me den.
Porque ya no queda tiempo, querida,
porque esa arena ya creció,
porque esas flores ya marchitaron,
y ya no me queda tiempo para decirte
que te voy a echar de menos.



PD: Esto es para ti. Disfruta allá donde vayas, que nos veremos a la vuelta.

2 comentarios:

  1. Alba te doy las gracias por acordarte en momentos difíciles como este que hemos pasado, pero que como tu dices tiene que llegar para todos, y mas cuando uno a llegado tan lejos que ya no ve horizonte ninguno. No me quiero a largar y si no he escrito antes es por que no podía, te doy las gracias de nuevo. Y animo con tu novela.

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    1. Gracias abuelo, significan mucho para mi tus palabras :)

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